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La curta, el «pepero matemático» que desafió al nazismo

La curta, el «pepero matemático» que desafió al nazismo

En la historia de la Computación (hay mucho que hablar y recordar sobre esto, y eso haremos en naukabits.com), hay historias que nos dejan boquiabiertos. La de la Curta, una calculadora mecánica que parece un molinillo de café, es una de ellas. Pero detrás de este ingenioso artilugio se esconde una historia de supervivencia, ingenio y perseverancia que te hará ver la tecnología con otros ojos. Prepárate para un viaje al corazón de la historia de la computación, donde la vida de un hombre judío (no en el mejor momento para ellos) se entrelazó con uno de los períodos más oscuros de la humanidad para dar luz a una maravilla de la ingeniería.

El hombre detrás de la máquina: Curt Herzstark

Nuestro protagonista, Curt Herzstark, nació en 1902 en Viena, Austria, en el seno de una familia dedicada a la fabricación de calculadoras mecánicas. Imagina crecer rodeado de engranajes, palancas y el constante tic-tac de máquinas calculadoras. Para el joven Curt, esto no era un simple negocio familiar, era su vida y su pasión.

«Las máquinas calculadoras eran mi pasión desde niño. Crecí entre ellas, y soñaba con crear algo revolucionario.» – Curt Herzstark

Herzstark no era solo un soñador; era un visionario con las habilidades para hacer realidad sus ideas. En la década de 1930, ya estaba trabajando en el concepto de una calculadora de bolsillo verdaderamente portátil, algo que en ese momento parecía tan plausible como viajar a la Luna. Sus esfuerzos no pasaron desapercibidos, y en 1938 presentó un diseño innovador que llamó la atención de los fabricantes de calculadoras de la época. Lástima que un terrible suceso estaba a punto de emerger en Europa, un suceso que cortaría (o atrasaría) la vida de muchas personas, incluidas la de Curt.

Cuando la historia interviene: La Segunda Guerra Mundial

El ascenso del nazismo en Europa no solo cambió el mapa político; también alteró el curso de la vida de Herzstark y el destino de su invención. En 1943, a pesar de que su padre era judío, Curt fue arrestado por «simpatizar con judíos y extranjeros» y enviado al infame campo de concentración de Buchenwald.

Aquí es donde la historia da un giro digno de una película de Hollywood. Los nazis, al descubrir el talento de Herzstark, le permitieron continuar su trabajo en la calculadora. ¿La razón? Planeaban presentarla como un regalo al Führer tras la victoria en la guerra.

En medio del horror del Holocausto, Herzstark refinó sus diseños mentalmente, visualizando cada componente y cómo interactuarían. La Curta se convirtió en su ancla a la esperanza y la cordura.

Del infierno al triunfo: el nacimiento de la Curta

Tras la liberación de Buchenwald en 1945, Herzstark, con solo los planos en su mente, se dedicó incansablemente a hacer realidad su visión. Con determinación inquebrantable, se trasladó a Liechtenstein, donde encontró el apoyo necesario para desarrollar y producir la Curta, llevando a cabo un renacimiento de su inventiva en un nuevo capítulo de su vida. Este apoyo vino de la mano de la familia industrial Maurenberger y del gobierno local, quienes creyeron en su invento y le brindaron los recursos necesarios para su desarrollo y fabricación.

Características revolucionarias de la Curta:

  1. Tamaño: Con solo 5,5 cm de diámetro y 11 cm de altura, era verdaderamente portátil.
  2. Capacidad: Podía realizar sumas, restas, multiplicaciones, divisiones e incluso raíces cuadradas.
  3. Precisión: Manejaba cálculos de hasta 11 dígitos, una hazaña impresionante para su tamaño.
  4. Diseño: Su forma cilíndrica y su manivela superior le daban un aspecto único, ganándose el apodo de «pepero matemático».
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Diseño de la curta con su forma cilíndrica, su manivela superior y el nombre serigrafiado en la parte derecha

Marketing y Ventas: El éxito de un superviviente

La Curta se lanzó al mercado en 1948, en un mundo hambriento de innovación tras años de guerra. Su marketing se centró en su portabilidad, precisión y en la fascinante historia detrás de su creación.

  • Precio: Inicialmente se vendía por unos 125 dólares, el equivalente a unas 4-5 semanas de salario promedio en ese momento.
  • Mercado objetivo: Ingenieros, científicos, contadores y entusiastas de la tecnología.
  • Nicho inesperado: Se volvió extremadamente popular entre los participantes de rallies de automóviles para cálculos de navegación.

La producción continuó hasta 1972, con aproximadamente 140,000 unidades vendidas en total. La Curta no solo era una herramienta; era un símbolo de resistencia y genialidad humana.

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Publicidad de la Curta indicando el precio y sus características principales (portable, exacta, rápida, …)

El legado de la curta

Aunque las calculadoras electrónicas eventualmente la reemplazaron, la Curta dejó una marca indeleble:

  1. Coleccionismo: Hoy, las Curtas son objetos de culto entre coleccionistas, alcanzando precios de miles de dólares.
  2. Inspiración en diseño: Su diseño compacto y eficiente ha inspirado a generaciones de ingenieros.
  3. Símbolo histórico: Representa la resiliencia humana y cómo la innovación puede florecer incluso en las circunstancias más adversas.
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Curt Herzstark y el diseño de su curta

¿Por qué la historia de la curta importa hoy?

En una era de smartphones y computación cuántica, la Curta puede parecer una reliquia. Sin embargo, su historia nos enseña lecciones invaluables:

  1. Perseverancia: Herzstark no se rindió, incluso en las condiciones más inhumanas.
  2. Innovación bajo presión: Algunas de las mejores ideas nacen en las circunstancias más difíciles.
  3. El poder de la visión: Herzstark «construyó» la Curta en su mente mucho antes de que fuera realidad.
  4. Ética en tecnología: Nos recuerda cómo la tecnología puede ser utilizada para bien o para mal, dependiendo de las manos en las que caiga.

Conclusión: más que una calculadora

La Curta no es solo una pieza de tecnología vintage; es un testamento del espíritu humano. En cada giro de su manivela, resuena la historia de un hombre que se aferró a su sueño en medio del infierno y lo convirtió en realidad.

La próxima vez que uses tu calculadora digital o tu smartphone para hacer cuentas, recuerda la Curta. Recuerda a Curt Herzstark. Y pregúntate: ¿Qué invención revolucionaria podrías estar gestando en tu mente ahora mismo?

Quizás, como la Curta, tu idea podría cambiar el mundo… o al menos, hacer que las matemáticas sean un poco más fascinantes.

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