Hace unos años, si alguien me hubiera dicho que estaría enseñando programación a alumnos de secundaria y bachillerato, lo más seguro es que hubiera pensado que me estaba gastando una broma y me hubiera reído. Nunca me he considerado una persona muy técnica. La idea de programar, con todas esas líneas de código y reglas estrictas, me parecía algo reservado para genios de las matemáticas o ingenieros de software. Sin embargo, todo cambió cuando descubrí, aprendí y empecé a enseñar el Pseudocódigo. No sólo me ayudó a entender la programación de una manera más accesible, sino que también cambió mi visión personal acerca del desarrollo de software y aplicaciones.

En este post te voy a contar en qué me ha beneficiado usar este pseudo-lenguaje tanto a nivel personal como en el proceso de la enseñanza de códigos a mis alumnos.

Mi primer encuentro con la programación

Hace unos 9 años yo estaba en proceso de convertirme en profesor de secundaria. Digo en proceso porque en aquel momento estaba cursando el master requerido en España para poder ser docente y estaba estudiando inglés como un loco porque tenía el examen del B2 cerca.

Una tarde me llama mi amigo Javi, también profe (de Formación Profesional). Resulta ser que le habían llamado de una academia de Valencia para dar un curso de Java. Él les dijo que no, que en el horario que planteaba la academia él no podía porque estaba trabajando en otro sitio. Le preguntaron si conocía a alguien. Pensó en mí. Me llamó.

– “Oye, ¿que haces?

– “Nada, estudiando.”

– “Bien, ¡estudia a tope! Que me han llamado de una academia de Valencia para dar un curso de Java martes y jueves por la tarde. ¿Tú cómo vas a de eso?

– “Pues ni idea, sé que es un lenguaje de programación pero no lo he visto en mi vida.”

– “Bueno, yo te paso el contacto. Te lo piensas.”

Y así fue. Me lo pensé. No mucho. Les llamé, les dije que sabía Java y me ficharon para el curso. Así fue como empecé, enseñando, programación. Por las noches, veía videos de Youtube para prepararme las clases. Por el día, enseñaba lo que había aprendido. Me costó, ya que Java es un lenguaje muy verboso (ojalá hubiera sido Python), pero me sirvió para entender qué era un lenguaje de programación, un código y un programa. Los programadores de software me entenderán.

Mi primera experiencia con el pseudocódigo

En pocos meses, acabé ese curso de Java y obtuve la enhorabuena desde la academia. Había hecho un buen trabajo y los alumnos estaban contentos.

Pasado el tiempo, empecé a trabajar en el colegio donde trabajo actualmente. Primero fui responsable de la asignatura de Informática pero en el siguiente curso empecé a impartir Computación. Había que programar. En el temario había un lenguaje que no había visto nunca: el pseudocódigo.

Empecé a leer su sintaxis, su forma de programar y sus reglas, pocas y básicas. Entonces, empecé a realizar programas sencillos, como cuando uno empieza a programar, como éste:

// Programa para determinar si un número es par o impar

DECLARE Numero: INTEGER

DECLARE Resultado: STRING

OUTPUT «Introduce un número: «

INPUT Numero

IF Numero MOD 2 = 0

THEN Resultado <- «El número es par.»

ELSE Resultado <- «El número es impar.»

ENDIF

OUTPUT Resultado

Pequeños programas como el de arriba fueron un punto de inflexión para mí. Yo mismo entendía lo que estaba haciendo. Podía programar y, lo que es mejor, podía enseñar a mis alumnos a hacerlo. No estaba luchando contra la sintaxis; estaba pensando en la lógica y eso fue lo principal que descubrí: la lógica es la clave para aprender a programar.

Lecciones de programación que el Pseudocódigo me enseñó

El pseudocódigo no sólo me enseñó a pensar como un programador. También me dió la confianza para seguir adelante y, al mismo tiempo que aprendía, tener la capacidad de ayudar a otros, en este caso, mis alumnos de bachillerato.

Me gustaría compartir contigo algunas de las lecciones más importantes que aprendí gracias al Pseudocódigo:

  1. La importancia de la lógica. La programación no es escribir código; es resolver problemas de forma lógica. Este pseudo-lenguaje me ayudó a centrarme en los pasos necesarios para llegar a una solución, sin distraerme en los detalles técnicos de las sintaxis de los lenguajes como Python, Java o C#.
  2. La planificiación previa. Antes de escribir una sola línea de código cuando estaba enseñando en el instituto, aprendí a planificar los programas y a diseñar los programas de manera estructurada.
  3. El proceso de dividir un problema en subproblemas. Después, resolver cada una de las partes para tener el problema principal solucionado.
  4. Superar el miedo a los errores. Una de las cosas, para mí, más desalentadoras de aprender a programar es enfrentarse a los errores de sintaxis (una coma por aquí, un signo de exclamación por allá, …). El pseudocódigo eliminó esa barrera, permitiéndome centrarme a lo que realmente importaba: si mi lógica estaba bien o no. Esto hizo que el proceso de aprendizaje fuera mucho menos intimidante. Además, éste es el principio fundamental que aplico a mis alumnos de secundaria cuando empiezan a programar en este lenguaje.
  5. Versatilidad en el pensamiento. Una vez comprendí los conceptos fundamentales de la programación en Pseudocódigo se me hizo más fácil aplicarlos a cualquier lenguaje de programación. No importaba ya si estaba trabajando en Python o en Java. La lógica la tenía aprendida. Sabía cómo resolver el problema. Sólo tenía que aprender un poquito de la sintaxis de esos nuevos lenguajes y listo.

Aplicando el Pseudocódigo en la enseñanza

Y así, me convertí en profe de programación. Tenía que impartir Pseudocódigo a mis alumnos. Al principio encontré opiniones diversas en clase.

  1. Algunos les encantaba la posibilidad de aprender un lenguaje que fuera “universal” y que valiera cómo aprender todos los lenguajes en uno.
  2. Otros nunca habían programado. Les daba igual qué lenguaje usar. El Pseudocódigo les venía bien porque aprendían la lógica de los programas.
  3. Otros (los menos) ya sabían algo de programación. Fueron más reticentes a utilizar un lenguaje que no se puede compilar o interpretar y no se podía ver el resultado del programa en ningún ordenador.

Aún así, les pedí a todos que confiaran en el proceso. Que empezaran a estudiar programación con Pseudocódigo para construir una base sólida en variables, control de flujo, estructuras de datos, subrutinas, … etcétera.

Con el tiempo, esta decisión trajo sus frutos. Mis alumnos entendían los conceptos de programación más rápido. Habían comprendido profundamente la lógica y eso hacía que cuando empezaron a usar como lenguaje Python, todo les fuera más claro y fácil de manejar.

Una herramienta que vale oro

A lo largo de estos años, el pseudocódigo ha demostrado ser una herramienta invaluable, tanto para mí como para mis alumnos. Hace que la programación sea más accesible y construye una base sólida sobre la cual aprender a programar. Es como aprender los fundamentos de una disciplina antes de especializarse.

Yo personalmente pasé de ser alguien que respetaba (y mucho) la programación a ser un docente que disfruta enseñarla. Te aconsejo que, si estás empezando, la pruebes. Si yo pude aprender gracias al pseudocódigo, estoy seguro de que tú también puedes. ¡Ánimo!

Descarga mi guía de Pseudocódigo (inglés)

He preparado una guía en PDF con 63 páginas llenas de explicaciones sobre la programación y la sintaxis del Pseudocódigo, ejemplos, retos de programación, … etcétera. La puedes descargar desde este enlace.


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